Hace un par de años, mi hijo empezó a darme la murga con que quería una tablet.
– Vale hijo, para qué la vas a utilizar?
— solamente para poder jugar al Minecraft y algún otro Papá. (Tenía 13 años)
– Hasta entonces no se había interesado por las nuevas tecnologías, había jugado a la PlayStation 2 y poco más. No era un hijo con mucho interés en estos aparatitos….
– Perfecto, pero con una condición: como padre responsable de tu educación y porque además «eres menor de edad, es mi responsabilidad saber que lo que realizas en cada momento, es lo correcto y tengo que velar por los condicionantes externos que puedan interceder en tu correcta educación, por lo que instalaré en la tablet un programa de seguimento de todo lo que realices con él».
– Estoy de acuerdo Papá, no tengo ningún problema, ya me conoces.
A partir de ese momento, a tráves de la interfaz de usuario del programa de seguimiento, puedo controlar todo lo que mi hijo está realizando con el dispositivo: accesos, navegación, visitas de páginas, redes sociales, mensajes, y unas cuantas cosas más que son configurables según el grado de protección que quieras realizar, incluso me remiten un correo electrónico con un informe de todo lo realizado diariamente. Además puedo poner coto a las horas de utilización del dispositivo.
Con todo esto quiero decir, que como padre, es mi responsabilidad el proteger la integridad de mi hijo, de su educación, de sus actos hacia los demás y los que le puedan perturbar a él. Si mi hijo estuviese realizando algún tipo de «agresión» a través de las redes sociales, sería el primero en enterarme y pondría una solución drástica, igualmente vería si hay alguien externo que pretende interactuar con él.
Es una opinión de un padre preocupado por la educación de su hijo, un poco proteccionista pero, con los tiempos que estamos corriendo y los nuevos tipos de acoso que desde hace unos años se están sucediendo, es bueno que los padres nos pongamos las pilas YA y empecemos a proteger lo más valioso: nuestros hijos y su educación.
Y sobre todo y lo más importante, debe de existir una buena comunicación entre padres e hijos, darles confianza y seguridad, dándoles aliento cuando estén tristes y animarles a que todo lo que quieran conseguir se puede realizar a base de esfuerzo y entereza.
En otro post, realizaré un pequeño exámen de las utilidades que existen en el mercado que nos servirán para esta tarea.
Un saludo.
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